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La guerra de los Tweets I: La columna de Mirko Lauer

Publicado: 2010-12-30

Los recientes debates políticos, de muy bajo nivel por cierto, que protagonizan algunos representantes de nuestra clase política en la red social Twitter ha llamado la atención, incluso, de personas ajenas a este sitio web de microblogging.

En este contexto, presentamos la columna de Mirko Lauer publicada hoy en el diario La República sobre el traslado de la política al Internet.

Micropolítica

Ha comenzado una guerrilla de tweets en la campaña electoral peruana. Es un intercambio de frases cortas (140 caracteres), algunas de ellas incluso pestíferas, casi interjecciones, que constituyen un nuevo formato de declaración. Los tweets electorales están colocando la agenda política de esta hora, y no parece que vayan a desaparecer. Los medios tradicionales tenemos que seguir.

No es el primer proceso electoral en que se dispara rebotes a la página www.twitter.com <http://www.twitter.com/> . Fue la novedad que aportó la campaña de Barack Obama 2008. Fue la gran esperanza opositora en las disputadas elecciones de Irán 2009. No hay duda de que la práctica le imprime movimiento a la política, pero no hay consenso acerca de su eficacia.

En el caso peruano el twitteo que llega a los medios (una media docena de frases, sobre la Transoceánica y los maestros, al escribirse esto) funciona como una suerte de minidebate ping-pong entre candidatos. Son frases puntiagudas que todavía necesitan de las explicaciones complementarias en los medios para soltar todo su sentido y generar todo su impacto.

No llegan a ser un debate porque no se dan en tiempo real, no tienen muchas posibilidades de desarrollar sus temas,

probablemente las frases son pensadas y pulidas por más gente que el propio candidato (no todos twitteaban, que se sepa, antes de este fin de año), y no están dirigidos realmente a la comunidad twittera sino a los medios.

Aquí la red de Twitter todavía comprende a un porcentaje mínimo de la población, probablemente menos de medio por ciento (la cifra de Chile). En sí mismo no es número pequeño, y va en aumento, pero la opinión de candidatos y políticos en general tiene poderosos competidores en esa red. De modo que esos tweets aún se mueven en un limbo de novelería política.

El premio mayor de los tweets no está en el intercambio de puyas con rebote mediático, sino en la posibilidad de crear y expandir “comunidades flotantes” de seguidores para compartir con ellos mensajes de campaña. Para movilizarlos y, como dirían los marketeros, fidelizarlos. Que es lo que se dice lograron Obama y el Partido Demócrata en el 2008.

Quizás la ausencia de ideologías consistentes o partidos sólidos le daría a las redes sociales –Twitter, Facebook y las demás- buena capacidad de articular este tipo de comunidades en torno de los candidatos. Algo así como partidos instantáneos. Pero el peso de estos usuarios en el electorado es una cifra desconocida, y muy buscada.

Un subproducto interesante de esta nueva situación es que ha llevado a los medios tradicionales a publicar tweets en serie, algo que podría extenderse más allá de lo político. Después de todo, ¿qué es un tweet sino un titular sin nada detrás al momento de aparecer?, , , , ,


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